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Mostrando las entradas de julio, 2006
Una vez más se escondió detrás de su cuerpo. Corrió y cerró los ojos y dijo aquí me quedo. Tal vez ya no quería ver lo que estaba pasando a su alrededor, tal vez su incapacidad de cambio y su temor a lo incierto hicieron que meta su cabeza entre las piernas y se haga un bollo. Lo único que quería era desaparecer, esfumarse, hacerse invisible, volverse humo, simplemente nunca haber existido...sería más fácil así. ¿Sería distinto el mundo si no existiera? ¿Será distinto el mundo porque sí existe? Probablemente algún cambio habría, pero no lo suficientemente significante como para equiparar el indeseoso estado de la vida. Seguramente el tiempo pasará y curará sus heridas, abrirá y limpiará sus ojos, y podrá una leve sonrisa en su cara...pero el remolino interior, el malestar constante, la pesadez del alma, la profundidad de la oscuridad seguirá existiendo en su ser.

"...si estás más sola que la luna..."

Que aburridas son las noches en que visita la soledad. Que triste es el olvido de uno mismo y de los demás. Que nublados son los días cuando la niebla está en mis ojos. Que largas son las horas cuando el reloj es mi compañía. Que tarde uno se da cuenta de su existencia ensimismada. Que falta hace una voz cercana, un consejo adecuado, una mirada complice, una mano que te empuja a seguir adelante. Que inconveniente es reconocer la necesidad de otro, que mal y que bien que no seamos totalmente independientes y autosuficientes... A veces la soledad es estar solo.